"Me encanta mi trabajo, no lo abandonaría, pero mi pasión es la radio." - comentaba en una entrevista que me hizo Bruno para su programa de radio LA NOCHE DEL FUEGO, hace unas semanas.
Comencé en esto de hacer radio un 11 de Abril, año 1992.
Con dos tilas en el cuerpo, un montón de vinilo bajo el brazo.
Han pasado muchos años, muchas horas, muchos amigos, muchos momentos.
Y por delante otros 28.
Parafraseando a aquel loco alemán.
¡ La radio ha muerto !
Viva la radio.
A Los Niñxs del Planeta nos salieron los dientes en una emisora de la radio local, empezamos a pincharnos vinilos en noches de invierno, aprendimos a encadenar las canciones, por sonido, ritmo, estilo o evocaciones.
La Emisora de Radio era un santuario donde se hablaba de cosas serias, donde solo se podía escuchar la mejor música, donde todo era solemne, aburrido y muerto.
Y después de muchos años, de muchos cassettes grabados, muchos discos de vinilo rayados, muchas y muchas horas de programación en radio, llegó internet, al principio no para cualquiera, algún mail para poder ponerse en contacto con discográficas de manera más efectiva, grupos de música, fanzines... el mundo se empezó a abrir, a ser más cercano.
La música empezó a bajar a nuestras manos, primero con un bitrate que sonaba a lata, incluso empezamos a emitir por internet antes que la propia radio, gracias a los amigos de www.manerasdevivir.com/, y después... la revolución, fotoblog, myspace, messenger... tuenti, facebook, ivoox, instagram, etc. ya la locura, el mundo a un click a distancia.
La radio no puede darle la espalda a todo esto, no se puede vivir para siempre en la caverna.
Se emite desde los estudios de una emisora de radio, para todo el universo, a tiempo real se llega por la vieja radio, por el streaming, en diferido enlatados en podcast. Conectamos con invitados, amigos y colaboradores por las redes sociales, nos hacen llegar sus piezas y colaboraciones por mail, a tiempo real, por Skype, Zoom, Stramyard...
Nuestro problema ya no es técnico, es aún mayor, tener algo que decir y hacerlo de una manera atractiva.
